Dibujo de Fiona Martínez (nov 09)

lunes, 24 de octubre de 2011

Bohemio busca musa

Un desgastado cuaderno de tapas de piel, un bolígrafo cualquiera, de esos con publicidad, una botella de cerveza helada tras otra y la luz del atardecer, cuando los azules y los naranjas se funden en el horizonte mostrando un espectro multicolor. Eran las condiciones que Lafu necesitaba para sentarse en su terraza y escribir su eterna e inacabada novela.
Una novela que comenzó siendo negra, que evolucionó hacia lo amarillo (según se iban exponiendo con mayor grado de detalle las descripciones de los asesinatos) y que terminó siendo rosa cuando McGregor, el duro detective de mandíbula esculpida en granito, trajes prietos y comportamiento espartano se enamoró como un colegial y se entregó a la efervescencia y a los caprichos de los amores correspondidos.
En realidad Lafu había intentado dedicarse a todo aquello que se correspondiera con su imagen: cierto estilo underground. Un estudiado desaliño de ropas que parecían no casar entre sí, media melena cuidadosamente despeinada y barba de algunos días. Bien podría decirse que lo que más le preocupaba a Lafu era su imagen y lo que menos a qué dedicarse; siempre que su profesión acompañara a esa imagen a la que tanto apego tenía. Así pues, la carrera de Lafu se componía de oficios de lo más dispar: trompetista de jazz, fotógrafo publicitario, dibujante para revistas, diseñador de jardines, pintor de estilo personalísimo y ahora escritor.
Escritor de su inacabada novela y de alguna que otra reseña cultural en revistas de poca tirada, escasamente conocidas y apenas leídas por los familiares (y sólo los más allegados) de los articulistas y redactores que con tanto entusiasmo escribían sus cosillas para dicha revista.

2 comentarios:

  1. ...y como sigue...
    espero con ansia, las aventuras y desventuras
    de nuestro prota Lafu

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  2. ¿Lafu? ... ¿nombre original o sacado de tu infancia? ... ¿autobiográfico?

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